Cada temporada tiene su propósito, y propósitos se cumplen en cada temporada.

En Cristo, cuando algo termina, algo nuevo comienza.

Me levanto y florezco cuando dejo que Dios trabaje en mí.

Jesús muestra su poder en cada lágrima y en cada risa.

Jesús usa cada cambio para edificarme.

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Dios sabe qué es lo mejor para mí.

Mis palabras son el hilo que Dios usa para remendar mi corazón.

Eres una representante de Jesús en la tierra.

Somos parte de algo más grande que nosotras.

Cuando disfruto mi vida, doy más fruto en mi vida.

Jesús siempre será suficiente para mí.

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Dios es Dios de segundas oportunidades.

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Siempre has sido bueno, Dios.