Todas sabemos la situación por la que está pasando nuestro país y el mundo en general, existe pánico en las calles, inseguridad y diferentes circunstancias que nos han querido atemorizar y separarnos del amor y confianza en Dios. Sin embargo, queremos animarte a permanecer en calma, confiando que viene lo mejor y que Dios tiene todo en sus manos, que aunque no podamos comprender todo lo que sucede a nuestro alrededor, Dios siempre tiene un propósito brillante, eterno y perfecto detrás de todo.
Te animamos a orar con más fuerza y fe que nunca, queremos orar juntas, en un mismo espíritu, y te invitamos a ser parte de esta oración dirigida por Lindsay Muñóz, pastora de campus Más Vida Querétaro. Te invitamos a orar en casa, con tu familia y que podamos expandir este espíritu de fe y amor a las personas que más lo necesitan.
Oramos por paz, salud y bienestar.
Tú eres Señor.
Tú eres el Rey de reyes y Señor de señores. Tú reinas sobre toda la tierra. Estás sentado en tu trono con gloria. ¿Quién como tú? Muchos líderes, órdenes mundiales y desastres pueden ir y venir, pero tú permaneces siempre. Estoy impresionada de ti. Tú eres Señor.
Tú eres el Creador del universo. Eres el artista más grande y original que existe. Has hecho todo tan delicadamente perfecto, incluyéndome. Eres tan majestuoso y glorioso, ¿Quién puede compararse a tu grandeza? ¡Te alabo! Tú eres Señor.
Eres mi Padre Celestial, conoces todo mi ser, desde cuantos cabellos hay en mi cabeza hasta cuantos días voy a vivir. Me conoces perfecto de pies a cabeza. Me escuchas y empatizas con todos mis pensamientos y sentimientos. Conoces y ves mi pasado, presente y futuro al mismo tiempo. Caminas al lado de mi. Confío en ti. Tú eres Señor.
Tú eres mi Luz. Das vida a mis huesos, a mi corazón y a mi espíritu. Tu luz me trae calidad, me abraza y me da vida. Conoces y ves cada rincón de mi ser. Iluminas el camino que debo tomar. Incluso en los momentos más oscuros no temo porque Tú estás conmigo. ¡Quiero más de ti! Tú eres Señor.
Tú eres mi Sanador. Eres como agua refrescante en medio del desierto. Tú revives mi alma. Tus aguas recorren todo mi ser sanándome espiritual, física y mentalmente. Tú me levantas, restauras mi salud y sanas todas mis heridas. Eres mi esperanza y ayuda. Estoy tan agradecida por tenerte.
Tú eres Señor.
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